miércoles, 22 de abril de 2009

ES PASCUA















Es Pascua, nuestro corazon se llana de alegria, pues ha resucitado el Señor, él es la vida. ALELUYA, HA RESUCITADO EL SEÑOR, ALELUYA. No reprima tus sentimiento, ni dejes que nadie te cohiba y grita a viva voz ALELUYA, HA RESUCITADO EL SEÑOR, ALELUYA...

jueves, 2 de abril de 2009

LAS PRACTICAS CUARESMALES

La Oración

Encuentro íntimo con el Señor

Nuestro corazón es el "Oratorio" de intimidad con Nuestro Señor en la dimensión del Espíritu y en la dimensión de la Verdad.

La oración de fe al Espíritu Santo es un camino, un largo camino, un aprendizaje diario ya que es el mismo Dios quien nos lo va enseñando, en la medida que estemos atentos a sus interrogantes y a sus respuestas.

Antes de ser elevado a los Cielos, Jesús, nos advirtió que convenía que ello sucediera sino no nos podría enviar al Paráclito, al Defensor, a nuestro Abogado, AL QUE NOS AUXILIARIA EN TODAS NUESTRAS NECESIDADES POR MAS DIFICILES Y DELICADAS QUE FUERAN.

Quiso decirnos que con su PARTIDA, ahora lo tendríamos en nuestros corazones, no en la materialidad de la carne, sino en Espíritu, EN LA PRESENCIA MISTERIOSA de un Dios de Amor que viene a habitarnos para permanecer en y con nosotros para siempre.

Es Dios mismo en su infinita bondad que viene a morar en la totalidad de nuestro ser, a través de su soplo de fidelidad y de ternura. Y estando El, nos defiende, nos asiste en nuestras dificultades, nos anuncia las cosas futuras, y nos hace ver que es la forma que más le agrada por la cual desea que lo amemos, hasta el punto de máximo encuentro con El por medio de la sagrada eucaristía.

Jesús le expresó a la mujer Cananea, que Dios quiere adoradores en espíritu y en verdad. Ya no tenemos a Jesús para adorarlo y amarlo personalmente, pero nos dejó su Espíritu, y la mejor forma de adorarlo y crecer en la fe, es el camino diario y perseverante de la oración a través de la súplica cada vez que la desesperación toque nuestra puerta.

Sabemos de nuestras necesidades, de nuestras dificultades, de nuestros sufrimientos, de la perplejidad que a veces nos domina cuando vemos el sufrimiento de quienes amamos, y nos embarga la convicción que sólos no podemos hacer nada o podemos muy poco.

Justamente, en ese preciso momento es cuando más hay que orar y orar y suplicar en silencio, dirigiendo nuestras lágrimas al corazón misericordioso de Jesús que es sensible a nuestro más mínimo llamado. Entonces el Espíritu es el "que viene en ayuda de nuestra debilidad e intercede por nosotros con gemidos inefables" Pero hay que pedirlo día a día, hay que suplicarlo sin cansancio, hasta gritar su asistencia con muchísima fe y confianza y Dios jamás deja de escucharnos. El es fiel y cumple su promesa.

Al esbozar nuestra más sincera plegaria El responde con abundancia y nos dice como a los apóstoles: ¡ NO TEMAIS YO ESTOY CON USTEDES !

Cuando de verdad nos damos cuenta que el Espíritu está en nosotros y nos asiste hasta en las menores situaciones de nuestra vida, ya no podemos dejar de orar. La oración se instala en nuestro vivir, porque Dios nos da la certeza que nos escucha, que nos ama y que no nos abandona nunca. El Espíritu nos asiste de forma sobrenatural, nos protege y nos ampara, va santificando nuestra vida, transformándonos más caritativos porque vamos sintiendo casi imperceptiblemente que comenzamos a estar invadidos por su presencia misteriosa, que actúa de lleno en nuestro corazón y en la relación fraterna con nuestros semejantes.

Y esta fuerza, esta energía de amor va creciendo sin que lo podamos percibir, y a través nuestro como simples y humildes instrumentos en sus manos, Dios va desplegando todo su poder y sana al sufriente, sostiene al caído y da pan al necesitado. La fe al Espíritu se va construyendo día a día, orando, suplicando, pidiendo con intentísima perseverancia. La respuesta de Dios se vuelve palpable evidencia y por medio de sus signos nos dice: Sí, ahí está mi Voluntad. ¡Hazla!

Dios se queda muy contento cuando le dedicamos "un momento de atención" durante el día, aunque estemos ocupadísimos y casi sin tiempo.

Vivimos muy preocupados, muy atareados, pero que lindo sería si en medio de esas ocupaciones, PUDIERAMOS HACER UNA PEQUEÑA PAUSA Y HABLAR CON EL Y DECIRLE: TU SABES TODO, TU CONOCES TODO, QUEREMOS CONTAR CONTIGO PORQUE SOLO TU ERES MISERICORDIOSO, HAZ ESTE MILAGRO DE CURACION Y DE SANACION. Escucha nuestra plegaria y vuélvete a nosotros.

Todo lleva su tiempo, pero El no se hace desear. En el momento más inoportuno, cuando menos lo pensamos, en situaciones CRUCIALES, derrama el rocío maravilloso de su Espíritu y una paz y una alegría desbordante invade nuestro corazón Y EL MILAGRO bajo un abanico inmenso de posibilidades se hace visible y cotidiano. El está en nosotros: "vine para quedarme en vuestros corazones".

Alimentemos nuestro diálogo con su Palabra y la meditación. Hagamos un espacio y un lugar para crear "la intimidad" silenciosa DONDE DOS AMIGOS PUEDAN ENCONTRARSE. El quiere ser tu mejor amigo ¿y puede haber mejor dicha que contar con UN AMIGO TAN FIEL?

Pidamos a Dios y a la Santísima Virgen que NOS DESPIERTEN, que nos den oídos sensibles para escuchar los susurros y oír el aleteo de una tierna voz que va abriendo nuevos horizontes de esperanza: No tengaís miedo de nada, solamente ¡PERSEVERAD Y CONFIAD!



Oración es también una respuesta a esa llamada
Oración es una escucha
Oración es una presencia
Oración es una lámpara, una llama encendida por Jesús
Oración es una vigilia en la noche
Oración es un lenguaje
Oración es un silencio
Oración es una búsqueda y también un encuentro
Oración es una apertura dispuesta a lo maravilloso
Oración es un milagro inundado de Dios
Oración es un deslumbramiento
Oración es una melodía susurrada con palabras y un canto callado en el corazón
Oración es una vida por la Gloria de Dios
Oración es un sacrificio, una liturgia, la santa misa
Oración es la curación de las grietas, una construcción de puentes, un rompimiento de las barreras
Oración es un amor en el corazón de la Iglesia
Oración es un servicio, un poder, un camino
Oración es una vida por la vida de la Iglesia
Oración es una primavera de salmos en el mediodía sediento
Oración es un agua de vida fluyendo dentro nuestro, agua que murmura: Ven al Padre
Oración es deseo
Oración es arar la tierra ordenada a la fertilidad
Oración es hambre y comida para el hambre
Oración es una donación y también un don
Oración es una totalidad
Oración es una profundidad en la sonrisa de los ojos
Oración es compartir los agobios
Oración es un lazo tan fuerte como Cristo
Oración es una comunión
Oración es una disciplina que conduce a la libertad
Oración es un simple "sí" a Dios
Oración es un desierto abrasador donde el acero del amor es templado en horno candente
Oración es arder por la verdad, pero también un deleite por la verdad
Oración es gozo
Oración es angustia, agonía, muerte, destruidas por una inimaginable resurrección
Oración es una paradoja
Oración es un sosiego
Oración es paz
Oración es una cadencia de respiración serena y un toque de escucha
Oración es consagración, compromiso y oblación
Oración es liberación

LAS PRACTICAS CUARESMALES

La limosna

Mt 6, 1: “Tengan cuidado de no practicar la justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre que esta en los cielos. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por las calles como hacen los hipócritas en las sinagogas o por las calles, con el fin de ser honrado por los hombres; en verdad les digo que ya recibieron su paga”.
¿Qué nos esta diciendo el Señor?
Lo primero es: “Practicar la justicia”, es decir, practicar las obras buenas que hacen justo al hombre ante Dios. Las principales eran (a los ojos de los judíos): la limosna, la oración, y el ayuno. Hoy solo hablare de las limosnas.
Cabe hacernos la siguiente cuestionante: ¿Qué es la Limosna?
La practica de la limosna dista mucho de hallarse generalizada.
•En el antiguo Egipto, solo existen algunas referencias de practicas parecidas y que se consideraban meritorias para la otra vida.
•En Grecia y en Roma había despreocupación de los pobres y si algo se practicaba, no estaba en el orden humanitario, sino el el orden político.
•El confusionismo resultaba indecoroso dar a los demás sin recibir alguna compensación, por tanto es excluida de los comportamientos deseables.
•En el budismo, sin embargo, se consideró la limosna como una acción loable.
En el judaísmo, donde la limosna tiene un importancia extraordinaria, se llamaba limosna a las ordenaciones de la Ley a favor de viudas, huérfanos, extranjeros y levitas acerca de la cosecha, diezmos, préstamos, año de remisión y jubilar, se refieren a diversos atributos y prestaciones, la limosna no puede ser regulado jurídicamente por casos particulares, pues la Limosna es un don voluntario y personal al necesitado, sin derecho a reciprocidad o compensación. Sin embargo, esas ordenaciones anteriormente citadas, pueden fomentar e incitar mas limosnas, por ser la voluntad de Dios.

Dios es el verdadero propietario de la tierra y de sus productos, por lo que necesidad significa ya derecho.
Jesús recordó practicar la limosna (Lc 11,41; 12, 33), por encima de las aparentes posibilidades (Lc 21, 2), criticando con dureza la ostentación que pudiera acompa;ar a la misma (Mt 6, 1).
El cristianismo primitivo dio una una enorme importancia a la limosna, se menciona frecuentemente en las cartas de Pablo, en Santiago, Heblreos, etc.

LAS PRACTICAS CUARESMALES

El Ayuno y Abstinencia.

Aunque ayuno y abstinencia son conceptos diferentes, lo tratare juntos por la gran relación que guardan. Es como si hablamos de dos hermanos gemelos que, aunque tienen muchas semejanzas, también tienen muchas diferencias.
Tanto el ayuno como la abstinencia son sacrificios de reparación de los daños ocasionados por nuestros pecados; los hacemos para nuestro bien y por el bien de la Iglesia.
El ayuno y la abstinencia se pueden cambiar por otros sacrificios, dependiendo de lo que dicten las Conferencias episcopales de cada país, ellas, las conferencias, son las únicas que tienen tal autorización.
El ayuno está estrechamente relacionado con la conversión, puesto que ambos tiene que ver con la transformación espiritual que acerca al hombre a Dios, una vez estamos plenamente cerca de Dios, no hace falta el ayuno: “Es que acaso pueden ayunar los amigos de novio mientras el novio está con ellos”, si es así tenemos que ayunar siempre, pues aunque Jesús esta con nosotros, no lo esta en toda su plenitud.
No es una renuncia por la renuncia, sino para el mejor y más equilibrado desarrollo de sí mismo para vivir mejor los valores superiores, para el dominio de sí mismos.
El ayuno:
El ayuno es una practica cuaresmal, determinada por el papa Pablo VI y esta notablemente mitigada respecto a la de tiempos pasados. En esta materia el papa dejo mucho a decisión de las conferencias episcopales de cada país, a ellas les corresponde adaptar las exigencias del ayuno, según las circunstancias en la que se encuentran las sociedades. Pero el recordó que la esencia de la penitencia cuaresmal esta constituida no solo por el ayuno, sino también por la oración y la limosna, como obras de misericordia y dejos la flexibilidad de que se pueda sustituir el ayuno por alguna otra obra de misericordia y por la oración.
Si acaso te preguntas ¿Por qué ayunar? La respuesta de Jesús a los discípulos de Juan será tu misma respuesta. Cuando estos le preguntaron: “¿Cómo es que tus discípulos no ayunan…?”. La respuesta de Jesús es clara: “Es que acaso pueden ayunar los amigos de novio mientras el novio está con ellos, pero vendrá el día en que le arrebaten el novio, entonces ayunarán” (Mt 9, 15). En efecto, el tiempo de cuaresma nos recuerda cada año que el novio nos ha sido arrebatado y el ayuno se convierte para nosotros en una expresión de solidaridad con Cristo. Como sabemos.
1.El ayuno consiste en no comer alimentos indispensable en la vida de todo ser viviente y no le es lícito al hombre abusar de ellos de ningún modo. Abstenerse de la comida, la bebida, etc. tienen como fin introducir en la existencia del hombre, no solo el equilibrio necesario, sino también el desprendimiento de lo que se podría definir como actitud consumística.
2.El hombre contemporáneo debe ayunar y abstenerse, no solo de comida o bebida, sino también de otros muchos medios de consumo, de estímulo, de satisfacción de los sentidos.
3.Ayunar significa abstenerse, renunciar a algo. Ayuno es renuncia y mortificación ¿Por qué? El hombre es El mismo por la capacidad que tenga de decirse ¡No! A sí mismo
4.Hoy día el ayuno se concibe como:
Renuncia a las sensaciones
Renuncia a los estímulos
Renuncia a los placeres
A la comida y a la bebida.
No es un fin en si mismo, sino un camino para alcanzar algo mejor, alimento espiritual y que llevan al hombre a vivir los valores superiores de los que esta hambriento.

5.Los PP de la Iglesia nos definen muy bien el ayuno:
San Pedro Crisólogo: “El ayuno es paz para el cuerpo, fuerza de las mentes y vigor de las almas”. “El ayuno es el timón de la vida humana y rige toda la nave de nuestro cuerpo”.
San Ambrosio: “El ayuno es un freno contra la concupiscencia de la carne, es decir, es someter la carne, es el dominio de nuestro cuerpo”
6.Hay muchos tipos de ayunos
No comer nada durante todo el día o los días que vayas a ayunar
No comer nada hasta el medio día
Uno sola comida fuerte al día
Una comida leve al medio día
El ayuno a pan y agua

7.El ayuno se hace en secreto, pero no es un pecado que alguien lo sepa, ni siquiera es un pecado que usted lo diga.

La abstinencia:
La abstinencia es diferente al ayuno, me abstengo de comer carne los viernes, en virtud de la muerte de Cristo (no con motivo de ahorro, de ser así podría ser de cualquier otra cosa). Cuando
1.La abstinencia consiste en no comer o hacer los que más me gusta o lo que más acostumbro hacer. Muchas veces con el objetivo de dejarlo para siempre.
2.El ayuno es una abstinencia; pero la abstinencia no es un ayuno.

miércoles, 1 de abril de 2009

LA CONFESION DE LOS PECADOS


EL VALOR Y EL SENTIDO DE LA PENITENCIA

¿Por qué la penitencia? La Penitencia existe desde siempre

¿Qué nos dice la Sagrada Escritura?

En el A. T. sólo Dios puede perdonar los pecados o castigar al culpable. Sin embargo en el N. T. las cosas cambian. Jesús es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre, por tanto, cuando Jesús perdona lo hace como Dios y como hombre y, como todo poder se le ha dado en el cielo y en la tierra, confiere, a la Iglesia, el poder de atar y desatar, de perdonar y retener los pecados. Veamos lo que nos dicen los evangelios:

Muchos argumentan que en NINGUN pasaje de la Biblia se dice que los sacerdotes pueden perdonarnos nuestros pecados. Pero…

Jesús ya perdonaba nuestros pecados, como se muestra:

Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: "Amigo, tus pecados te son perdonados". (Lc 5:20,24)

Después dijo a la mujer: "Te quedan perdonados tus pecados." (Lc 7:48-49)

Y El envió a sus apóstoles, así como Dios lo envió a El:

El les volvió a decir: "La paz sea con ustedes. Así como el Padre me envió a mí, así los envío a ustedes." Dicho esto, sopló sobre ellos: "Reciban el Espíritu Santo, a quienes ustedes perdonen, queden perdonados, y a quienes no libren de sus pecados, queden atados." (Jn 20:21-23)

Pablo nos dice que Cristo le dió el ministerio de la reconciliación (nótese que la Iglesia llama a la confesión de los pecados reconciliación):

Todo lo ve [aquel en Cristo] ahora como obra de Dios, que se reconcilió con nosotros en la persona de Cristo, y que a mí me encargó la obra de la reconciliación. (2 Cor 5:18)

Santiago nos pide que nos confesemos nuestros pecados, para que roguemos por los pecadores:

Confiésense unos a otros sus pecados y pidan unos por otros para que queden sanos.
(Santiago 5:16)

Si el confesar nuestros pecados a nuestros hermanos es bueno, ¿Cómo no va a ser mejor confesarlos a los sacerdotes, que además, han hecho un voto para guardarlos en secreto?

Y Esteban, ordenado por los Apóstoles (Hch 6:5-6), pidió a Dios perdonar a sus agresores su pecado, justo antes de morir:

Después se arrodilló y dijo en alta voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado," Y diciendo esto, murió. (Hch 7:60)

VIVENCIA DE LA IGLESIA

¿Cómo lo ha vivido la Iglesia a través de los años? En los primeros siglos de la Iglesia, los pecados se confesaban en publico, por razones pastorales, esta practica se simplifico…

¿Quiénes pueden confesarse? La primera confesión se hace antes de recibir la primera comunión, por tanto, solo pueden confesarse las personas de comunión frecuente y cuando hay un verdadero arrepentimiento.

¿De que debemos confesarnos? De todos los pecados cometidos a partir de mi ultima confesión, cuando estas hayan sido validas…

¿Cuántas veces tengo que confesarme? La norma de la Iglesia dicen que, por los menos, una vez al año, pero la confesión se hace cada vez que sea necesario.

¿Con quien me tengo que confesar? Con cualquier sacerdote que tenga la facultad de confesar

UNA BUENA CONFESION

El catecismo nos enseñó 5 cosas que eran necesarias para una buena confesión

1) Darse cuenta de los pecados cometidos

2) Sentir pena de haber ofendido a Dios y al prójimo

3) Prometer no ofender mas ni a Dios ni al prójimo

4) Confesar los pecados al sacerdote

5) Cumplir la penitencia

Yo quiero pedir permiso a la Iglesia para añadir otra… sería

6) No confesar a otros

Para todo esto es necesario un examen de conciencia el cual consiste en hacer memoria de todas las cosas que he hecho y que no han sido justas ante los ojos de Dios y de la Iglesia.

CONSEJOS PARA ANTES DE CONFESARSE:

Ten confianza en Dios, es él el que te perdonará, a través del sacerdote.

No justifique tus pecados, esto no es bueno, al sacerdote no le importa, en ese momento el porque de tus pecados.

No de rodeos para decir un pecado

Si no tuviste vergüenza para cometer el pecado, no tenga vergüenza confesarlo.

Recuerda que no es una dirección espiritual, ni una conversación, es una confesión

En la confesión solo se dicen los pecados

Por favor, no confiese a: su esposo/a, a sus hijos, a sus padres, a los vecinos, etc.

No sea adicto a la confesión

Si no estas dispuesto a perdonar, no se confiese.